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Extracto del Tomo I de la “Crónica”, escrita por Enrique Cutillas Bernal, que fue cronista del Excmo. Ayuntamiento de Alicante

“El 15 de diciembre de 1900 proponía el concejal conservador Martínez Torrejón que el Ayuntamiento autorizara el traslado de la Santa Faz a la Colegial para celebrar el primer día del siglo, con solemne función religiosa y devolver el adorado lienzo a su santuario el día 2 de enero.

Todas las fuerzas políticas estuvieron de acuerdo con la propuesta. El 26 de diciembre de 1900, “resuelta por el Excmo. Ayuntamiento la traída de la Santa Faz”, pasaban aviso al Cabildo Colegial para acordar las fechas y horas de los actos. Como el Protocolo del traslado exigía que la Reliquia entrara en la Ciudad por la tarde, decidían reunirse las comisiones de ambos Cabildos en la Sala Capitular para iniciar la marcha hacia el caserío a las doce horas del día 30. La tradición era salir de San Nicolás entre las 13 y las 15 horas con el fin de que, en su viaje la Santa Faz llegara a la Misericordia, situada todavía en la Fábrica de Tabacos, donde se iniciaba la procesión “general” uniéndose las dos comitivas, la que venía del monasterio y la que salía a recibirla a la iglesia fundada por el obispo Gómez de Terán. La procesión debía reanudarse a las seis de la tarde hasta la iglesia de San Nicolás, pero este año cambiaban el horario y salía de la Misericordia a las 15 horas, cuando las clases populares estaban trabajando.

La costumbre de siglos mandaba que una vez llegada la reliquia a la Colegial y tras impartir las consabidas bendiciones, debía quedar reservada hasta la mañana siguiente, en que era descubierta para ofrecerle las acostumbradas preces y dar comienzo a los turnos de vela matutinos y vespertinos. Una vez más trastocaban la tradición y el 31 de diciembre a las nueve de la mañana daba comienzo una “solemnidad religiosa”. A las 15 horas la sacaban en procesión por la misma carrera que solía recorrer la procesión del Corpus. Por segunda vez los actos religiosos con la venerada reliquia eran programados a horas en que el pueblo llano estaba en sus faenas.

El día de Año y Siglo Nuevo los alicantinos recibían el Novecientos con sus mejores galas y mostraban su satisfacción por haberse “traído a la ciudad la sagrada y venerada reliquia”.

Por la mañana celebraban misa solemne con sermón del jesuita padre Solá, y por la tarde a las cuatro, otra procesión con la reliquia, Y anunciaban que “mañana a las siete horas” se organizaría en San Nicolás la procesión para volver al Monasterio de Santa Faz.

El día 2 a las siete, salía de la Colegial la comitiva oficial visitando el convento de Madres Agustinas o de “la Sangre”, la parroquia de Santa María y la ermita del Socorro. Desde allí, a las nueve de la mañana, tomaban los coches ambas comisiones y se disolvía la procesión oficial para regresar a la ciudad. A las once estaban cerrando el camarín en el Monasterio.

Esto es lo que conocemos de este traslado. No existen más documentos en el Archivo Municipal, ni siquiera las actas de apertura y cierre del camarín, algo cotidiano desde que Viravens fue nombrado Cronista.”

El tercer y último tomo de esta Crónica la presentó su hijo Enrique Cutillas Iglesias días después del fallecimiento del autor.

Fotografía del homenaje en el Ateneo a D. Enrique Cutillas Bernal, que fue cronista oficial de la ciudad de Alicante.

En la fotografía aparecen de derecha a izquierda D. Pedro Zaragoza OrsD. Francisco G. Seijó,Dña. Maribel Berná BoxD. Francisco Aldeguer y D. Enrique Cutillas Iglesias.

Al finalizar el acto, que fue seguido por una gran cantidad de ateneistas, la familia de D. Enrique Cutillas hizo entrega al Ateneo -para la biblioteca- de los tomos de la Crónica de la Ciudad de Alicante, recientemente editada y cuyo autor fue, como saben, a quien se le dedicaba el homenaje.

n1 Marzo Enrique Cutillas